FANSO: EL LO-FI QUE SE CANTA
- Coolturamanía
- 4 abr 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 6 may 2019

Cráneo (aka Sloth Brite), Lasser, Juan Ríos, Made in M y Sr. Guayaba forman un tándem brutal que pocos, para bienestar de muchos sibaritas, conocen. Y es que nos encontramos ante una de las sinergias más talentosas de todo el panorama electrónico español. Pero ¿qué es FANSO?
FANSO nace de la perspicacia y, sobre todo, la creatividad de cinco chavales de barrio que no entienden su música sin un beat o una rima de por medio. Todos aportan algo diferente, fresco y novedoso; Cráneo a los audiovisuales y a las Letras con el todopoderoso Lasser, Juan Ríos con Made in M a la mesa de mezclas y Sr. Guayaba como enlace para conseguir que todo este tifón de ingenio fluya con una naturalidad sin precedentes.
Los que hayan escuchado a estos muchachos por separado, saben que tanto unos como otros elaboran sus ritmos y letras con afán de imbuir al oyente en una tranquilidad casi psicodélica. De hecho, varios son los fans que consideran que esta música es ideal para escuchar mientras uno está fumado. En parte, muchas de sus letras y ritmos nacen después de haberse encendido un canuto de marihuana.
En conjunto, FANSO se dio a conocer en octubre de 2015, cuando publicaron en YouTube ‘Acid house’, su primer álbum que no se explica sin la película corta que lo acompaña. Se dieron diez días para producirlo, uno por cada tema que grabaron. Lejos de la vorágine y del mundanal ruido, aunque con mucha yerbita en la recámara, se pulieron un disco donde el LO-FI audio y visual abarcó la totalidad de los temas. Detenerse en esta maqueta supone sumergirse en un mundo de colores agradables y ritmos revitalizantes. Así lo avala el millar y medio de usuarios que se lo han fundido en YouTube.
Tras la increíble acogida que tuvo este álbum, FANSO estuvo inactivo durante tres años. No se sabe si con intención de crear expectación o por falta de tiempo. Lo que queda claro es que proyectos así, financiados únicamente por ellos, son costosos y requieren un tiempo de cocción muy lento. Durante el periodo de descanso, sin embargo, los integrantes del grupo siguieron componiendo por su cuenta e incluso expandiendo la marca FANSO con mercadotecnia oficial.
Y al tercer año… los cinco resucitaron de entre los muertos. Los chicos se juntaron de nuevo en verano de 2018 siguiendo idéntico modus operandi que en el primer cortometraje. En lugar de un pueblo español, esta vez eligieron emigrar a un lugar inhóspito de Alemania; en vez de diez días, aquella ocasión se dieron trece. Llevaron la misma cantidad de yerba, los mismos bártulos para producir y la misma ambición que los llevó a triunfar con su anterior trabajo.
Con el LO-FI como esencia, su marca identificativa, la nueva ópera de FANSO abordó estados de ánimo diferentes. Si en ‘Acid house’ utilizaron la tranquilidad como patrón, en ‘Música para lagartos’ no se ciñeron a una temática concreta. No sabemos si el título del filme fue apropósito o escogido, pero sí se puede afirmar que procuraron mudar de piel como los reptiles. Así, los temas de este proyecto van desde la alegría y hasta la tristeza, pasando también por la monotonía de lo banal o lo idílico de la época estival. ‘Ciego’ es un claro ejemplo de ese cariz aflictivo, ya que viene a describir el bucle al que te induce estar enganchado a la nocividad; en línea paralela discurre ‘Pársel’ y ‘Stacy Malibú’, estas más asociadas al desamor y al desdén.
El resultado de esas trece jornadas se presentó, por todo lo alto, en los cines Renoir de Plaza de España. A pesar del día, un domingo, y de las horas, entre las 11:00-13:00 de la tarde, hubo lleno en todas las sesiones. La gente disfrutó de un metraje exquisito de 30 minutos y se llevó un póster del grupo de regalo. De ello se hizo eco hasta el periódico deportivo Marca, el diario más leído de nuestro país, dejando claro que lo de FANSO no es moco de pavo.
No sabemos cuándo volverán a unirse, pero lo harán y no decepcionarán. Envejecerán y madurarán su producto. Por encima de todo, nunca dejarán de sorprendernos. FANSO es el “vosotros, los jóvenes, sois el futuro” de nuestro presente; al menos, de la música analógica.
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